La nueva prohibición de inmigración de Donald Trump expresa que los residentes permanentes canadienses de cualquiera de los 6 países en su mayoría musulmanes necesitaran solicitar una exención para ingresar en los Estados Unidos.
La redacción de la prohibición está directamente relacionada con los casos de los residentes permanentes canadienses y plantea que las exenciones serán emitidas caso por caso por un consulado norteamericano o un funcionario de aduana norteamericano.
Esto representa una marcada diferencia con respeto a la prohibición original de Inmigración de Trump después de la cual los funcionarios de la Casa Blanca le aseguraron al Ministro de Inmigración de Canadá Ahmed Hussen que no habría cambios para los residentes canadienses en el proceso de visitar los Estados Unidos.
Antes de la prohibición de Trump, los residentes permanentes canadienses con ciudadanía de uno de los 6 países prohibidos – Sudan, Siria, Irán, Libia, Somalia y Yemen-tenían que solicitar una visa.
Se entiende que una solicitud de exoneración será un proceso más arduo y extenso.
La nueva orden, un intento directo de Trump para evitar que se considere una prohibición musulmana, ya es sujeto de una impugnación legal, esta vez por el estado norteamericano de Hawai. La orden anterior fue rechazada de manera eficaz en la corte. La administración Trump prefirió retroceder y publicar una prohibición totalmente nueva después de perder una apelación crucial.
La nueva orden ejecutiva significa que:
- Ciudadanos de Sudan, Siria, Irán, Libia, Somalia y Yemen no serán admitidos por Inmigración de Estados Unidos por un lapso de 90 días.
- El programa de refugiados será suspendido por 120 días.
Al parecer los funcionarios han aprendido la lección del caos que rodea la orden, al contar con una disposición clave que plantea que la orden no entrará en vigor hasta el 16 de marzo del 2017.
Los funcionarios admiten que este periodo de introducción progresiva está directamente dirigido a evitar algunos de los problemas causados por la inmediatez de la orden original.
Otra diferencia clave es que la nueva orden no está dirigida particularmente a los refugiados sirios. Bajo la antigua orden, la entrada de todos los refugiados sirios estaba suspendida de forma indefinida.
La nueva prohibición de inmigración de Donald Trump es muy clara sobre quienes están exentos, incluyendo a los ciudadanos y residentes permanentes norteamericanos (o sea, los que posean la Green card), los que tengan una visa y doble nacionalidad.
La orden, por otra parte, permite la entrada caso por caso. La versión de la prohibición viene con una hoja del Departamento de Seguridad que faltaba en la orden original.
El caos provocado por la orden original se agravó por la falta de claridad en cuanto a para quien aplicaba la orden y para quien no. Los portadores de Green card y las personas con doble ciudadanía fueron advertidos de no viajar y algunos de ellos fueron retenidos en los aeropuertos cuando arribaron a suelo norteamericano.
Iraq fue excluido de la lista después de una intensa campaña a altos niveles de gobierno. Se entiende que los funcionarios de los Estados Unidos estaban convencidos de que las medidas de fiscalización en vigor para los inmigrantes iraquíes eran suficientes.
No Legal
El Secretario de Estado Rex Tilerson describe a Iraq como “un aliado importante” en su lucha contra ISIS. Pese a las diferencias entre las dos órdenes ejecutivas firmadas por Trump, es difícil no tener en cuenta que si la corte de los Estados Unidos pensó que la primera no le parecía legal, pensará entonces lo mismo de la segunda.
El anterior alcalde de Nueva York y abogado Rudy Giuliani manifestó que Trump le preguntó cómo legalizar una prohibición Musulmán- si es este el punto de partida para cualquier impugnación legal, entonces solo hay una sola forma de ver la nueva orden.
Las impugnaciones legales ya están creadas para la nueva orden con el objetivo de lograr su revocación antes del día de su ejecución el 16 de marzo del 2017.
La primera prohibición de Trump arrojó una idea del sentido azaroso de gobernar de la nueva administración. Muchas de las consecuencias simplemente no fueron tomadas en consideración, y al derogar la orden, Trump admitió que, en efecto, estuvo mal concebida.
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